miércoles, 20 de mayo de 2009

MARIO BENEDETTI




HOMBRE QUE MIRA AL CIELO
Mientras pasa la estrella fugaz
acopio en este deseo instantáneo,
montones de deseos hondos y prioritarios.
Por ejemplo que el dolor no me apague la rabia,
que la alegría no desarme mi amor,
que los asesinos del pueblo se traguen
sus molares, caninos e incisivos
y se muerdan juiciosamente el hígado.
Que los barrotes de las celdas
se vuelvan de azúcar o se curven de piedad,
y mis hermanos puedan hacer de nuevo
el amor y la revolución.
Que cuando enfrentemos el implacable espejo
no maldigamos ni nos maldigamos.
Que los justos avancen,
aunque estén imperfectos y heridos.
Que avancen porfiados como castores,
solidarios como abejas,
aguerridos como jaguares.
Y empuñen todos sus noes
para instalar la gran afirmación.
Que la muerte pierda su asquerosa puntualidad.
Que cuando el corazón se salga del pecho
pueda encontrar el camino de regreso.
Que la muerte pierda su asquerosa y brutal puntualidad,
pero si llega puntual no nos agarre
muertos de vergüenza.
Que el aire vuelva a ser respirable
y de todos.
Y que vos muchachita sigas alegre y dolorida,
poniendo en tus ojos el alma.
Y aparte tu mano en mi mano,
y nada más.
Porque el cielo ya está de nuevo torvo
y sin estrellas.
Con helicóptero y sin dios.

Mario Benedetti



DESGANAS
Si cuarenta mil niños sucumben diariamente
en el purgatorio del hambre y de la sed
si la tortura de los pobres cuerpos
envilece una a una a las almas
y si el poder se ufana de sus cuarentenas
o si los pobres de solemnidad
son cada vez menos solemnes y más pobres
ya es bastante grave
que un solo hombre
o una sola mujer
contemplen distraídos el horizonte neutro
pero en cambio es atroz
sencillamente atroz
si es la humanidad la que se encoge de hombros.

Mario Benedetti


EL NIÑO CINCO MIL MILLONES

En un día del año 1987 nació el niño Cinco Mil Millones.
Vino sin etiqueta,
así que podía negro, blanco, amarillo, etc.
Muchos paí azar un niño Cinco Mil Millones
para homenajearlo y hasta para filmarlo
y grabar su primer llanto.
Sin embargo,
el verdadero niño Cinco Mil Millones
no fue homenajeado ni filmado
ni acaso tuvo energías
para su primer llanto.
Mucho antes de nacer ya tenía hambre.
Un hambre atroz. Un hambre vieja.
Cuando por fin movió sus dedos,
éstos tocaron la tierra seca.
Cuarteada y seca.
Tierra con grietas y esqueletos de perros
o de camellos o de vacas.
También con el esqueleto del niño número 4.999 999 999.
El verdadero niño Cinco Mil Millones
tenía hambre y sed,
pero su madre tenía más hambre y más sed
y sus pechos oscuros
eran como tierra exhausta.
Junto a ella,
el abuelo del niño tenía hambre y sed
más antiguas aún
y ya no encontraba en sí mismo ganas de pensar
o de creer.
Una semana después,
el niño Cinco Mil Millones
era un minúsculo esqueleto
y en consecuencia disminuyó en algo el horrible riesgo
de que el planeta llegara a estar superpoblado.

Mario Benedetti


DE QUE SE RIE?

(Seré curioso)
En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles
tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste
aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse
los estudiantesy los obreros
ponen los puntos
sobre las íes
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países
ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles
cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple
cómo traicionan
usté y los otros
los adulonesy los seniles
por eso digoseñor ministro
de qué se ríede qué se ríe
aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde
y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite
allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve
después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.


DEFENSA DE LA ALEGRIA

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

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